Hablamos de INTOLERANCIAS ALIMENTARIAS haciendo referencia a la imposibilidad para digerir correctamente ciertos componentes de los alimentos, como los azúcares simples: lactosa o fructosa.
La causa puede estar asociada a un déficit de la actividad enzimática, genética o funcional, o ser consecuencia de cuadros de disbiosis e inflamación de la pared intestinal.
Esto puede deberse al déficit de enzimas encargadas de su digestión, como la lactasa o en circunstancias de disbiosis e inflamación, puede deberse a la incapacidad para absorber los azúcares simples, que pasan del intestino delgado al grueso donde se ven sometidas a fermentaciones anómalas.
La intolerancia alimentaria puede asociarse a síntomas como distensión abdominal, gases, estreñimiento, diarrea, náusea, dolor abdominal, cuadros cutáneos, cefaleas, dolores musculares, cansancio, etc.
Hay que distinguir las intolerancias de las alergias. En la alergia, el sistema inmunológico es el que provoca las reacciones frente al alimento.
Las intolerancias puede producirse por diversos mecanismos:
El abordaje terapéutico de la microbiota y de la inflamación intestinal son fundamentales para mejorar los síntomas asociados a las intolerancias alimentarias. Hay que averiguar el origen y diagnóstico de las mismas para incluir en el tratamiento un buen apoyo nutricional.
